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 15 de julio de 2018 EL  PENSAMIENTO MÁGICO LATINOAMERICANOPor Ernesto Fuenmayor.Estudiante de historia,  política y sociología.
 @hechoslatinoamericanos
 El  pensamiento mágico ha definido la manera en la que el hombre interpreta su  entorno durante milenios. Es aquello que llevaba a las etnias indígenas a  bailar en tiempos de sequías, como si buscaran conmover a algún dios escondido  entre las nubes. Es el africano yoruba y su mitología que le permite saberse  hecho de arcilla, moldeado por un Creador, provocando reverencia y agradecimiento.  Es, también,  el europeo con su Santísima Trinidad y su Biblia que le indica verdades  absolutas y destinos post mortem.  En este  sentido podríamos describir al pensamiento mágico como la tendencia a atribuir  causalidades a hechos que no tienen nada que ver entre sí. Es aquello que, por  ejemplo, lleva a un individuo a realizar ritos o sacrificios en búsqueda de un  fin particular, aunque no exista una explicación empírica de como dicho rito o  sacrificio podría provocar los resultados deseados. Sin  embargo, procesos intelectuales desencadenados por la ilustración a mediados  del siglo XVIII han ido paulatinamente haciendo que la razón defina como  percibimos la realidad. Esto es cierto en gran parte de Occidente, en donde el  número de adeptos religiosos disminuye cada día; lentamente el escepticismo se  hace status quo. Pero existe una región occidental de la cual no se  puede afirmar esto: Latinoamérica. Allí  la religión,  el rito y la mística están  en casa. 
 Artista: Federico Cuello.  Y es que  América  Latina es el punto de encuentro de tres realidades y sus magias. Convergieron  tres cosmovisiones tan fantásticas como diferentes. El indígena  con sus chamanes, el negro africano con sus divinidades 'orisha' y el  colono blanco con sus santos crearon un espacio inusualmente fértil para el  pensamiento mágico. El mestizaje étnico vino acompañado del sincretismo  religioso, dejando como resultado una región que se caracteriza por una  invaluable variedad de rituales y liturgias. Un  ejemplo ideal es la santería, especialmente popular en el Caribe pero presente  a lo largo de toda la región y hasta en España. Esta creencia religiosa une  elementos del catolicismo y la cultura africana yoruba; los esclavos negros de  las islas del Caribe, pero también de Venezuela, Colombia y Brasil fueron los  responsables de su creación. Al habérseles  prohibido las expresiones religiosas que no fuesen católicas, los esclavos decidieron que los  santos cristianos no eran más que manifestaciones de sus propios dioses. A  partir de entonces nace una nueva expresión de lo religioso, al rezarle a San Lázaro  se le estaría rezando también a la divinidad yoruba Babalú Ayé, ya que a ambos se le  atribuyen facultades curativas. Dependiendo de quien la practique, la santería  puede incluir sacrificios animales, peregrinajes y vestimentas particulares. En  algunos casos,  al sacrificar un animal se intenta que sea uno particularmente fuerte y  saludable, se cree que esos atributos se trasladarán al sacrificador por medio  de sus santos. El sacrificio animal, un ritual tan antiguo como la especie  humana, encuentra su entrada al siglo XXI. 
 El  chamanismo como alternativa medicinal es observable en casi todos los países amazónicos.  La brujería negra y blanca, a través de la cual se puede decidir la zozobra o la  dicha de un individuo, hace presencia desde México hasta Bolivia. En Brasil la 'macumba',  una tradición religiosa parecida a la santería, es parte de la cotidianidad de  miles de personas y su práctica se extiende en algunos casos hasta Argentina.  Haití es el país del vudú, práctica religiosa de origen yoruba, establecida como  religión oficial durante el gobierno de los Duvalier (1957-1986).  Todas  estas expresiones responden a estructuras sociales particulares y a las  necesidades de las comunidades. En países en los que el sistema médico público es deficiente o inexistente  claramente existe un mayor potencial para la invención de métodos que sustituyan a la medicina  tradicional occidental, aunque estos se basen en la superstición. La ya  mencionada santería nace a partir de la resistencia del esclavo negro a la  estructura religiosa colonial, la tradición logró sobrevivir a la persecución y  la prohibición a través del ingenio. Al  mismo tiempo, las fallas estructurales de América Latina han resultado en una distribución  de riquezas que deja más perjudicados que beneficiados. Quizá la magia en el  pensamiento no es más que una expresión colectiva de frustración frente a un  entorno institucional y social al cual la creación de oportunidades se le hace  muy difícil. Tal vez es el individuo buscando la salida de un laberinto que han  creado siglos de explotación, mala administración y caudillismo. 
 Artista: Raimundo Santos Bida.  El  pensamiento mágico crea una indivisibilidad entre lo real y lo fantástico, es  un fenómeno cultural que ha inspirado innumerables páginas y óleos a lo largo  de toda la región. ¿No es el realismo mágico de García Márquez una expresión  literaria que refleja la irracionalidad de su entorno y la convergencia de lo  maravilloso con lo real? Del mismo modo, la más popular y admirada de las  novelas venezolanas es 'Doña Bárbara' de Rómulo Gallegos, aquí la protagonista  hace uso de la brujería para enloquecer a los hombres y sacarles provecho  económico. Curiosamente se suele celebrar el realismo de dicha novela, es  decir, la honestidad narrativa con la que el autor expresa lo observado en la  realidad, desarrollando a los personajes de modo que reflejen los hechos  sociales del momento. Las novelas realistas europeas suelen abordar temas como  el amor, el dinero o la moral. Lo mágico queda por lo tanto radicalmente excluido.  El realismo latinoamericano debe, por otro lado, aceptar a lo fantástico y  tratarlo con naturalidad. El  pensamiento mágico es parte de la conciencia general latinoamericana. Los años  y la modernidad no lo han mitigado, sus manifestaciones se han multiplicado con  el tiempo;  la tradición ha hecho de la magia algo cotidiano. Lo empírico queda relegado a  un segundo plano y el escepticismo es poco más que una excepción. El cínico dirá que es  en detrimento de la cultura, el romántico que la enriquece. Independientemente  de juicios de valor, este fenómeno seguirá desafiando la razón  y sus parámetros. La búsqueda  elemental del hombre por algo que lo supere y vaya más allá de los  sentidos adquiere nuevas dimensiones en América Latina.               ¡CULTURÍSIMA... 
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